Gerda Taro murió al final de la batalla de Brunete en los alrededores de la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. Esta fotógrafa antifascista quería mostrar al mundo la verdad de la guerra de agresión que la Alemania hitleriana y la Italia de Mussolini estaban llevando a cabo; quería presentar al Comité de no intervención las pruebas de la barbarie fascista. Por eso había estado pidiendo insistentemente a las autoridades republicanas que le permitieran cubrir los combates “antes de que termine nuestra ofensiva”.
Gerda hizo su trabajo pero, desgraciadamente, fue víctima de los acontecimientos del penúltimo día de la batalla. El terrible bombardeo llevado a cabo en la tarde del día 25 de julio de 1937 por la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria italiana provocó un desconcierto en las filas republicanas. En la confusión de la retirada, el coche desde donde Gerda seguía haciendo fotos (subida al pescante lateral) fue alcanzado accidentalmente por un tanque republicano que la hizo caer y le aplastó medio cuerpo. La joven, inteligente y valerosa judía y antifascista alemana quedó mortalmente herida y murió horas más tarde en El Escorial.
Su imagen representa lo mejor de los valores solidarios e internacionalistas que llevaron a tantos miles de voluntarios de todo el mundo a apoyar el combate del pueblo español contra el fascismo agresor. Su lucha, temporalmente fracasada en 1939, marcó el camino de la victoria seis años más tarde. Lo dijo otro antifascista, el embajador de Estados Unidos en España Claude Bowers: “Si queremos defender la herencia de nuestros antepasados, tenemos que estar dispuestos a luchar como lucharon y murieron los valientes leales de España, deteniendo con sus cuerpos y su sangre, durante dos años y medio, la inundación de barbarie que se lanzaba contra Europa”.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada