dissabte, 31 de juliol del 2010

DIGNIDAD Y JUSTICIA PARA CARRERO BLANCO?


DEIA
MADRID. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha imputado formalmente al histórico dirigente de Batasuna Tasio Erkizia por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo que habría cometido durante un acto de homenaje a 'Argala' celebrado el 21 de diciembre de 2008 en Arrigorriaga.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 ha concluido la investigación sobre estos hechos, denunciados en 2009 por Dignidad y Justicia, y, en un auto de transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado, sostiene que en la conducta de Erkizia existe la "indiciaria concurrencia" de los elementos "objetivos y subjetivos" que configuran el delito de enaltecimiento.

Los hechos se remontan a diciembre de 2008, coincidiendo con el 30 aniversario de la muerte de 'Argala'. El acto consistió en una manifestación en la plaza 'Argala' de Arrigorriaga y un mitin en el que tomó la palabra Erkizia, "tras depositar un clavel junto a un retrato con la foto del homenajeado".

En su intervención, defendió la necesidad de "unir fuerzas". "Hay masa crítica, hay suficientes población en este pueblo para llevar a un escenario democrático".

Según Ruz, la conducta de Erkizia "fue llevada a cabo en un evidente contexto de homenaje público a la figura de un fallecido dirigente de la banda terrorista ETA" y del tenor literal de sus palabras y vítores se desprende "la intención expresa de enaltecer u homenajear la figura del referido militante, con el consiguiente desprecio y humillación para el sentimiento de las víctimas de actos terroristas producidos por dicha banda armada", todo ello "con la publicidad propia de una concentración al aire abierto".

En su escrito, el juez recuerda que, a pesar de ser amnistiado en febrero de 1978 por la Audiencia Provincial de Madrid, 'Argala' "continuó dirigiendo la organización terrorista ETA hasta el momento de su muerte violenta, el 21 de diciembre de 1978".

Por todo ello, ha decidido "continuar la tramitación de las presentes diligencias previas", por si los hechos imputados a Erkizia fueran constitutivos de un delito de enaltecimiento del terrorismo y ha dado diez días a la acusación popular ejercida por Dignidad y Justicia y al Ministerio Fiscal para que presenten sus escritos de acusación solicitando la apertura de juicio oral o el sobreseimiento de la causa.

Recordem que el jutge que va prendre declaració a Erkizia va ser el jutge Garzón. Que "Argala" va ser assassinat pel grup terrorista d'extrema dreta Batallón Vasco Español i que el seu crim va ser lluitar contra el franquisme i participar a l'operació Ogro en la qual va volar Carrero Blanco.  Carrero,  un home innocent que presidia un govern democràtic i que vetllava per les llibertats dels ciutadans i per fer respectar els seus drets. Aquesta és la història que volen reivindicar aquells els quals si tinguéssim els diners que ells tenen per querellar-se amb tothom anomenarien feixistes de Dignidad y Justicia.

Algunes dades:

Ambos admitían su relevancia política, para lo que recogían declaraciones y notas de condena de grupos como el PSOE de Euskadi, que condenó "este brutal atentado". Mario Onaindia, por su parte, tildaba de "asesinato fascista" la muerte. Y el que fuera consejero de Transportes y Comunicaciones del Consejo General Vasco, Juan María Bandrés, decía que Argala era una de las personas de la organización armada con más capacidad de análisis político.

El que fuera presidente del PNV en aquellas fechas, Xabier Arzalluz, en una entrevista concedida a la revista ``Interviú’’ declaraba lo siguiente: "Quienes entregan la vida por su pueblo merecen nuestra admiración y respeto, aunque reconozcamos todo cuanto nos separa de sus modos de actuación". Decenas de organismos y agentes políticos denunciaron el atentado contra Argala.


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La tentación de aplicar procedimientos de -«guerra sucia» para combatir a ETA -hipótesis, repetimos, no probada en el caso del asesinato de Argala- sería un atentado contra los principios de ética política que deben inspirar una sociedad civilizada, pero sobre todo sería un error imperdonable: ampliaría la base social del terrorismo vasco y constituiría un camino directo para el progresivo deterioro y el eventual colapso de las libertades y del pluralismo en nuestro país.

Editorial de EL PAÍS del 22/12/78


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Por supuesto que las fuerzas políticas de la burguesía se opondrán a ella. Pero lo más triste seria que también lo hiciesen las fuerzas políticas representativas de la clase obrera española. Nosotros renunciamos a intentar determinar cómo ha de configurarse el proceso revolucionario español y muchos estaríamos dispuestos a ayudarles en su tarea.

Pero a cambio exigimos que a los trabajadores vascos se nos respete el derecho a decidir ya desde hoy cómo queremos construir el futuro, nuestro futuro.

La opción que hoy ofrece el sector patriótico de la clase obrera vasca no es únicamente una opción para Euskadi, sino indirectamente también para los trabajadores españoles y franceses en cuanto que la revolución socialista vasca no puede sino potenciar las de sus respectivos países. Ella constituye la mejor aportación que la clase obrera vasca puede hacer a los trabajadores de todo el mundo.

Si los partidos obreros españoles no lo comprendiesen así y buscasen frenar el proceso político vasco en un intento de integrarlo en el de sus respectivos estados, estarían haciendo un triste favor a los trabajadores vascos y a la clase obrera en general. La incomprensión que hasta el presente han demostrado a las peculiaridades de la lucha en Euskadi es consecuencia directa de su incomprensión de la existencia misma del Pueblo Vasco. Ella constituye precisamente el motivo de que el sector objetiva y subjetivamente más revolucionario de éste haya optado por la independencia y de que todo él tenga hoy una dinámica en ese sentido.

Entre el Pueblo Español hemos encontrado también auténticos revolucionarios que han sabido reconocer la existencia y los derechos de nuestra pueblo; pero desgraciadamente muy pocos. Si los partidos obreros españoles hubiesen sido como ellos, quizá hoy quienes defendemos la independencia de Euskadi hubiésemos optado por otra solución más unitaria. De cualquier modo, los pueblos caminan hacia su integración económica y política y los trabajadores debemos potenciar la solidaridad y unidad internacionales siempre que no nos obligue a sacrificar nuestra personalidad nacional. De ahí que, frente a la tarea de evitar enfrentamientos y borrar suspicacias entre los trabajadores vascos y los españoles y franceses e iniciar un proceso de acercamiento y ayuda mutua, han de ser estos últimos quienes dejen de pensar en términos de imperio y comprendan de una vez que los trabajadores vascos no somos españoles ni franceses, sino única y exclusivamente vascos, y que lo que nos une con ellos no es la pertenencia a una misma nación sino a una misma clase.

José Miguel Beñaran Ordeñana

La impunitat d'un crim
«Nunca entendimos que el Gobierno diera una amnistía a la gente que atentó contra don Luis Carrero. Por eso, tras el atentado contra Argala nos sentimos tranquilos: habíamos cumplido con nuestro deber y habíamos hecho justicia a nuestro almirante».Este hombre que rememora, treinta años después, el asesinato del dirigente etarra es Leonidas, nombre en clave que le dieron los miembros del comando que el 21 de diciembre de 1978 hicieron volar por los aires al dirigente etarra José Miguel Beñaran Ordeñana, Argala.

Leonidas, que ya ha cumplido 55 años y fue oficial del Ejército español, tenía muy claro que la muerte de Carrero Blanco no podía quedar impune y en 1977, tras la amnistía política concedida por el Gobierno de UCD, se unió a un grupo de siete oficiales del Ejército con el único propósito de vengar el asesinato del almirante.