Estamos aquí reunidos para conmemorar los sacrificios y las injusticias de todos aquellos que, de un modo u otro, soportaron y sufrieron la violencia del régimen fascista de Franco. Estamos aquí para recordar a todos aquellos que durante tanto tiempo fueron asesinados y olvidados en las cunetas o junto a las tapias de los cementerios. Estamos aquí, en definitiva, para reclamar el rescate del olvido de las decenas de miles enterrados en fosas comunes y ejecutados en los campos de exterminios nazis y de todos los que se enfrentaron a la dictadura, defendieron la democracia y por ello sufrieron prisión, exilio o asesinados por su defensa de la democracia y la legalidad republicana.
Desde aquí queremos honrarlos y recuperarlos, queremos saber dónde están, donde los mataron, queremos poder visitarlos y honrarlos como se merecen. La dictadura terminó hace ya más de treinta años y todavía no sabemos donde se encuentran muchas de sus víctimas. Pero a nuestro entender la memoria histórica no se limita a la recuperación de los cuerpos de los desaparecidos y a dignificar a todas las victimas a manos de la dictadura. La Memoria Histórica esta estrechamente ligada a la recuperación de los valores republicanos y más tarde o temprano a la instauración democrática de la III República y acabar de una vez con la Monarquía parlamentaria heredada del franquismo y aceptada en los pactos de la transición. Una Monarquía que no ha jurado la constitución española y mantiene su juramento a los principios de las leyes emanadas de la dictadura de Franco.
Aquellos que sacrificaron su vida por la defensa de la democracia no desaparecieron por propia voluntad, fueron otros muchos de los partidarios del régimen franquistas, los que de un modo consciente y brutal planificaron y ejecutaron la desaparición de nuestros muertos, o al menos las avalaron con su silencio, el silencio y la oposición de los herederos del franquismo y la propia Jerarquía de la Iglesia Católica que colaboró activamente en el alzamiento militar contra la legalidad republicana. Hoy en día poco podemos hacer por las víctimas, tan sólo honrarlas y facilitar una digna sepultara, pero algo más podemos contra aquellos sobre cuyas espaldas recae todavía la responsabilidad de las torturas, los encarcelamientos y la muerte, aquellos que tras cuarenta años de dictadura han terminado y van a terminar sus días sin que se liquiden sus responsabilidades frente a la sociedad.
Estamos aquí para rendir homenaje a todos los que sufrieron el calvario del exilio, a sus descendientes y en especial al Presidente Manuel Azaña que se salvo de las garras fascistas gracias a la protección de la Embajada Mejicana. No tuvo la misma suerte nuestro President Lluis Companys que fue entregado a Franco por la colaboración del gobierno francés y la GESTAPO y fusilado en octubre de 1940 en Barcelona.
Por todo ello, exigimos:
· El cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, totalmente insuficiente, sin dilación alguna.
· El apoyo de los tribunales europeos referente a los crímenes de lesa humanidad que no prescriben.
· La anulación de la Ley de Amnistía recomendada al gobierno español por la comisión de los derechos humanos de las Naciones Unidas.
· La nacionalidad española de todos los exiliados y sus descendientes sin tener que jurar fidelidad al Rey.
· La anulación de todos los consejos de guerra instados por los tribunales franquistas y en especial el del President de la Generalitat de Catalunya Lluis Companys, del que el actual gobierno de la Generalitat de Catalunya debe tomar parte activa.
· La depuración de las responsabilidades judiciales y política que se pudieran derivar por la actuaciones de los responsables del régimen anterior.
Dicho esto ya sólo nos queda deciros: gracias, salud y a por la III república.
Francisco Ruiz Acevedo
Presidente de la AMHDBLL
Presidente de la AMHDBLL
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